Briouats de almendra con miel y sésamo (Sueños árabes)
#Postres y dulces 26 enero 2021
Foto : Cocina fácil.
Las despertó una agradable olor de té a la menta. Marisa retiro el tul del dosel que cubría el lecho y con movimientos pausados abrió la puerta que daba a la pequeña terraza. El aroma se mezcló con el de la menta y devolvió el saludo al mar en cada una de las pequeñas olas que besaban la playa. Maica se puso a su lado, las dos se sentían afortunadas, a veces lo que no esperas resulta extraordinario. Después de asearse se bajaron en dirección a la cocina atraídos por la hermosa voz de la egipcia Umm Kulthum. Amina continuaba atareada friendo las Briouats de almendra con miel y sésamo, unos pequeños paquetes llenos de almendras, aunque se podían preparar de infinidad de cosas. Siempre eran un aporte calórico importante y fácil de transportar para los grandes viajes. A parte de esos había preparado té a la menta, café con leche, pan árabe, mantequilla, miel, dátiles y varios pastelillos más. Un desayuno digno de reyes.
Amina llevaba doce años ya en Alicante y dos en Tabarca, pero no olvidaba su Asilah natal. Tras recoger las pocas pertenencias y pagar su estancia se despidieron de Amina y se fueron a ver la isla. La parte urbanizada era realmente pequeña, pero a la vez muy acogedora. El paseo las llevó hasta el faro. Desde allí era más fácil reconocer la ciudad de Alicante.
A la hora fijada quedaron en el restaurante la Caleta. Tonet estaba tomando un café con leche y un montadito de tortilla. Suso no le quitaba ojo, por si su amo le daba un poco.
-¡Buenos días chicas! ¿Cómo ha ido la noche?
-¡Buenos días! ¡Genial, Amina es un encanto! -Dijo Maica. ¿A que hora saldremos? Estaba un poco apurada pues el tren salía hacia Barcelona a las cinco de la tarde.
-En cuanto acabe lo que estoy tomando.
-Tranquilo, gracias.
Lo dicho, en cuanto el marinero tomó el último sorbo se acercaron hacia el barco. Suso fue el primero en subir, parece ser que también tenía gansa de irse. Llegaron a Alicante y en el mismo puerto se despidieron de sus amigos. Tomaron un taxi allí mismo y un poco antes de las cuatro y media ya estaban saboreando un café en unos de los bares de la estación. Se llevaban unas vivencias preciosas.