Foto: Alimente.

El trayecto de  Luesia a Zaragoza duraba unas dos horas, tiempo suficiente para que ella pudiera ir cerrando alguna tarea con su tablet.

La nueva estación intermodal de Zaragoza era enorme y le costó un poco llegar a  la parte de los trenes. Una vez la tuvo localizada se sentó en la mesa de una cafetería, pidió un café con leche y sacó su bocadillo envuelto en papel de plata. Al abrirlo vio una pequeña nota escrita en un papel.

-"Buen provecho cariño, que se vayan cumpliendo todos tus sueños"- Jorge era un amor, tenía mucha suerte de haberlo conocido.

En diez minutos salía su tren. Entró en el vagón y de momento no tenía a nadie a su lado. Le dieron unos auriculares y se puso a ver por enésima vez La vaquilla de Berlanga. En poco menos de dos horas llegaba a Sants. Subió las escaleras y se encontró con Sori.

- Pero que guapa estás! ¡que bien te sienta la montaña! - le dijo a Mari Carmen mientras se abrazaban.

-¡Sori, cariño!

-Me muero por un café, he apurado mucho la hora de levantarnos y no puedo ni abrir los ojos.

-Te invito a a un café- Al llegar a la cafetería Sori fue al baño y al salir le habían robado el bolso.

-¿Pero cómo puede ser? Yo no me he dado cuenta. - Se acercó el camarero y les dijo que había por allí un chico vestido de traje chaqueta y que de vez en cuando se le iba la mano a cosas que no le pertenecían. Les recomendó que anularan las tarjetas de crédito y que lo denunciaran en la oficina de la policía Nacional que había dentro de la estación.

Las dos amigas hicieron caso al camarero, que se negó a cobrarles la consumición. En el bolso por suerte no había dejado ni el móvil ni las llaves de casa ni del coche, tan solo el monedero con las tarjetas y una pequeña cantidad  de dinero y el dni, el carnet de conducir, algún otro carnet,  una botella de agua, colonia, unos tampones, una caja de preservativos empezada y poca cosa más. Sori decidió que no se haría mala sangre y que lo importante ahora era disfrutar de la amistad de su amiga. En un periquete llegaron a casa. Dejaron las cosas de Mari Carmen en la habitación de invitados e invitó a su amiga a acabar la Ensalada de quinoa con espárragos blancos y ventresca de atún que tenía a medias mientras ella preparaba el Smoothie de nectarinas.

Mientras, Mari Carmen repartió en los boles 250 g de espárragos blancos en conserva en trozos de 3 cm,  un aguacate en láminas finas, media cebolla roja en juliana fina, 100 g de canónigos, 250 g de ventresca de atún, 8 tomates cherry cortados por la mitad, 2 cucharadas de pasas sin semillas y regó con la vinagreta de nueces .

Sori puso en el vaso del Thermomix® 300 g de melocotón (sin hueso y congelados en trozos), 300 g de nectarinas (sin hueso y congeladas en trozos), 700 g de bebida de soja sabor vainilla y 5 hojas de albahaca fresca y trituró 1 min/vel 5-10 progresivamente. 

Las dos estaban agotadas.

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