Foto, En estado crudo.

Se levantó con mal cuerpo, llevaba un par de días con comidas algo fuertes y necesitaba reorganizar su estómago. Hace unos día callejeando descubrió una frutería ecológica con mucha variedad de verduras y frutas y fue a ver que le podría apetecer. Al salir de casa vio que con la chaquetilla que llevaba puesta tenía frio, así que no se quiso aventurar y se puso su bonito abrigo de lana. Estaba ya muy viejo pero le encantaba e ir a la moda no era algo que fuera con ella. Antes de ir directamente a la frutería decidió tomarse un té en una pequeña tetería que le pillaba de camino. El té verde con bergamota era de sus preferidos y lo acompañó con un pequeño pastelillo de dátil.  Tenía que empezar a controlarse con la comida, desde que llegó a Huesca había sumado un par de kilos y no era conveniente para ella. El establecimiento estaba regentado por dos chicas que habían apostado por llevar una vida  en pareja en lo personal y lo laboral. Y eso se notaba en los pequeños detalles que había por el local.  Chloe pensó que sería un buen lugar para trabajar de manera esporádica. Tras tomarse el té y el dulce siguió su camino. El suelo estaba mojado, otra noche más habían tenido visita de la boira, cómo llamaban aquí a la niebla. Finalmente llegó a la frutería. Era una gozada poder elegir entre tanto producto, pero ella llevaba su lista en el móvil, la noche anterior había hecho la lista de la compra con cookidoo. 

-Buenos días - saludó con su marcado acento francés.

-Buenos días, ¿en qué te puedo servir? - preguntó el dependiente - ¿Has venido a comprar anteriormente o te explico cómo funcionamos?

- Pues no, es la primera vez. Dígame.

- Ves cogiendo la fruta y verdura que necesitas. Utilizamos bolsas de papel si es necesario, lo que no necesite bolsa lo pesamos suelto y luego lo ponemos en la bolsa si no tienes tu.

- ¡ Genial ! 

La francesa cogió pimiento verde, pimiento rojo, zanahorias, patatas, calabacín, acelgas, cebolla y  apio. También naranjas, peras y manzanas, con la fruta era muy clásica.

Al llegar a casa lavó toda la compra y se dispuso a preparar la Sopa juliana con verduras frescas. En la media hora que estuvo cocinando el Thermomix® le dio tiempo a recoger la ropa que tenía en el balcón, aun estaba algo húmeda, pero parecía que la lluvia no tardaría en llegar. 

-Mañana llamaré a los chicos de dibujo - pensó.

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